miércoles, 19 de abril de 2017

La Eneida.

1. Resumen.
La Eneida es considerada la gran epopeya nacional romana y resulta de la petición del emperador Augusto de una obra que resaltase y glorificase la patria romana, dándole un sentido en el contexto de los mitos de los que la cultura romana se alimentaba. Virgilio tomó como punto de partida los poemas homéricos: la Odisea (cuyos estilo y formas plasmó en los seis primeros cantos) y la Ilíada (que inspiró la resolución de conflictos de los otros seis cantos), centrándose en la guerra que sucedió en Troya y su posterior destrucción, enlazándola de esta manera con la fundación de Roma del mismo modo que los mitos griegos.

Tenemos por tanto un protagonista como Eneas, superviviente de la masacre de la ciudad, al que constantemente se le imponen obstáculos que, al ser vencidos por su determinación y esfuerzo, permiten a Virgilio ensalzarlo como figura de superación y progreso, para de esta forma utilizarlo como pilar fundamental de la fundación de nueva Troya.

Eneas huye de Troya junto a su padre Anquises y su hijo Ascanio, perdiendo por el camino a su mujer Creúsa. Por el otro lado, una Juno furiosa sigue teniendo rencor hacia los supervivientes por tres sucesos: la resolución del Juicio de Paris en la que no es elegida, el nombramiento del príncipe troyano Ganímedes para ser copero de Júpiter en lugar de su hija Hebe y la clarividencia de que serán los descendientes de Eneas los que destruyan su ciudad preferida, Cartago. Debido a esto Juno intenta, sin éxito, desviarlos de su llegada a Italia.

La huida de Eneas dura siete años, hasta que llega a Cartago, el reino emergente de Dido, la cual por un ardid de los dioses se enamora perdidamente de Eneas. Dido se quita la vida cuando éste debe irse por orden de Júpiter (a través de Mercurio) y maldice a la estirpe de Eneas, lo cual sienta el precedente que más tarde justificará las Guerras Púnicas.

Todavía sin haber llegado a Italia, una visión se le manifiesta a Eneas: su padre, Anquises, que le insta a que acuda al Infierno para reunirse con él y hablar sobre su futuro y darle consejo. Eneas atraca con sus hombres en Cumas y, con la ayuda de la Sibila, atraviesa el Infierno hasta llegar a los Campos Elíseos donde se encuentra con su padre, con el que habla sobre la importancia que tendrá su descendencia en el auge de un nuevo imperio.

Eneas entonces llega por fin a Italia donde el rey Latino lo recibe de manera pacífica y, debido a que una profecía decía que su hija se casaría con un extranjero, entrega a su hija Lavinia a Eneas. Es entonces cuando Turno, rey de los rútulos y primo y pretendiente de Lavinia es influido por una Furia y, lleno de rabia y con deseos de venganza, decide declarar la guerra a Eneas. Esto sucede porque Juno manda a las deidades del infierno para coaccionar a otro personaje, Amata, la esposa de Latino. En la guerra, ambos bandos sufren bajas pero finalmente Eneas se alza victorioso, matando él mismo a Turno.

2. Personajes. 
  • Eneas: Fue un héroe de la guerra de Troya que logró escapar tras la caída de la ciudad, emprendiendo un viaje que lo llevaría hasta Italia. Era hijo de Anquises y Venus, marido de Creúsa y posteriormente de Lavinia y padre de Ascanio.
  • Creúsa: Hija de Príamo y Hécuba y esposa de Eneas. Muere durante la huida de Troya.
  • Anquises: Amante de Venus y padre de Eneas. Muere tras la huida de Troya cuando los supervivientes llegan a Drépano y más tarde recibe a Eneas en los Campos Elíseos donde le habla sobre su futuro y la importancia de sus descendientes.
  • Juno: Diosa del matrimonio y reina de los dioses. Esposa de Júpiter. Principal antagonista de la obra.
  • Venus: Diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Ganadora del juicio de Paris y principal apoyo de Eneas, su hijo, en la Eneida.
  • Sibila de Cumas: Mujer nacida con el don de la profecía. Ayuda a Eneas en su descenso al Infierno.
  • Dido: Primera reina de Cartago e hija de Tiro. Debido al plan de Venus y por la acción de Cupido, cae enamorada de Eneas a pesar de haber jurado mantenerse fiel a su marido Siqueo. Cuando Eneas debe abandonarla forzado por los dioses, ésta se suicida. Eneas la encuentra después en su descenso al infierno.
  • Latino: Rey de Italia, marido de Amata y padre de Lavinia: entrega a su hija a Eneas.
  • Lavinia: Hija de Latino y prometida de Eneas.
  • Amata: Esposa de Latino y madre de Lavinia. Se ve corrompida por las deidades del infierno que envía Juno, cuando se da cuenta de que Turno no podrá ser su yerno por culpa de la decisión de su marido. Turno: Rey de los rútulos y segundo antagonista principal de la obra tras Juno. Debido a su alto linaje se esperaba que se uniese en matrimonio con Lavinia, su prima, pero esto no sucedió debido a la llegada de Eneas. Motivado por la Furia, declara la guerra a Eneas en busca de venganza.
3. Personajes en el Averno.
  • Can Cerbero: El Can Cerbero es un ser muy feroz con la imagen de un perro de tres cabezas y cola de serpiente. Se encarga de que ningún sombra pase más allá de su cueva para volver a la vida.
  • Caronte: Descendiente directo de Érebo y Nix. Su misión es transportar las almas en su barca, a través de los pantanos del Aqueronte, hasta la orilla opuesta del río de los muertos. Estos debían pagarle un óbolo, de ahí la costumbre de introducir una moneda en la boca del cadáver en el momento de enterrarlo. Los que no podían pagar o no habían recibido sepultura tenían que vagar cien años por las orillas de la Estigia, hasta que Caronte accedía a portearlos sin cobrar.
  • Palinuro: Compañero de Eneas y piloto de la nave en la que escaparon de Troya. Tras su muerte a manos de unos bandidos y no recibir sepultura, se encuentra a orillas del Aqueronte sin poder cruzar al otro lado.
  • Deífobo: Hijo de Príamo con el que tiene una conversación Eneas una vez en el Averno.
  • Minos: mismo papel que en la Odisea.

  • Radamanto: Hijo de Zeus y Europa que “indaga y castiga los fraudes, y obliga a los hombres a confesar las culpas cometidas y que vanamente se complacían en guardar secretas, fiando su expiación al tardío momento de la muerte”.
  • Tisífone: Una de las tres Erinias que, tras la sentencia de Radamanto, y desde la cima de su torre de hierro, baja a azotar e insultar a los culpados armada con un látigo, para posteriormente llamar a sus hermanas, Alecto y Megera. Dido: Mencionada anteriormente. Eneas la encuentra en los Campos Llorosos.
El can Cerbero

Caronte y su barca

4. Ubicación, características, zonas y funcionamiento del Inframundo. 
En la obra de Virgilio nos encontramos con el hecho de que, al contrario que en la Odisea, sí hay una localización definida para el Infierno. En este caso es Cumas, Italia, donde la Sibila mora. Eneas llega como parte de su viaje consecuente de la huida de Troya y tras la muerte de su padre en Drépano y su posterior visión. Podemos atribuir la determinación de un lugar exacto en la Tierra en contraposición a lo visto en Homero como el intento de Virgilio por contextualizar toda la mitología en la Magna Grecia.
                                   
Los viajes de Eneas


Mapa del Inframundo 

Eneas debe llegar hasta aquí navegando, igual que hace Odiseo. No obstante, el infierno de Virgilio sí que distingue entre diferentes zonas y un significado asociado a cada una de ellas con respecto a las almas que las habitan. Es decir, entran en juego las ideas de recompensa, castigo y juicio que no encontramos en un principio en la Odisea. 

Igual que en la Odisea nos encontramos con la idea de profundidad. Mientras que en esta obra las almas ascienden para beber sobre un plano igual al resto de la Tierra, en la Eneida nos encontramos ya también desde el principio que Eneas debe bajar por una cueva para acceder al Averno, y dentro de él, hay otro nivel de profundidad, pues nos encontramos con el Tártaro, el terrorífico abismo situado bajo el mismo inframundo, abismo asentado sobre los cimientos del mundo, donde Júpiter arrojó a los Titanes. La frase que nos indica que existe una profundidad fehaciente es: “profundiza debajo de las sombras el doble de lo que se levanta sobre la tierra el etéreo Olimpo”.

Sin embargo antes de eso debemos remontarnos a la entrada. Como bien dice María Alejandra Crespín en su artículo Consideraciones sobre el infierno en la Eneida: “Virgilio diseña la entrada del Orco como la de una casa rica de la época […], la casa vacía del Rico. Las casas de la antigua Roma tenían un vestibulum, el espacio entre la calle y la puerta de la fachada, un atrium con su compluvium y la habitación principal o tablinum. Las casas de la Roma de Augusto tenían agregada, detrás del tablinum, una segunda casa, helenística, con peristilo, a la cual se accedía por otro pasillo”.

Todo esto no hace más que reforzar la idea de recontextualización de la obra y los mitos: relacionando directamente el hogar de Plutón, el rico, con las casas de los adinerados de la época. Lo que consigue Virgilio con esto es que el lector de la época haga una asociación muy rápida del ambiente en el que se mueve Eneas en este momento, en el ambiente que les espera a los muertos y, aun existiendo una brecha entre lo real y lo leído, permitir que la imagen mental se forme con claridad para el lector.

Es en este vestíbulo, este “pasillo introductorio”, donde nos encontramos las personificaciones de los males que minan y destruyen la mente y la vida humana: el Dolor, las vengadoras Preocupaciones, las pálidas Enfermedades, la triste Vejez, el Miedo, el Hambre, la torpe Necesidad, la Muerte y la Fatiga, el Sopor, hermano de la Muerte, los Gozos del alma, y, un poco más dentro, están la Guerra (Bellum) portadora de la muerte, las Furias (Euménides) y la Discordia.

No obstante, cuando Virgilio menciona a estos espíritus, les resta importancia, puesto que el objetivo de Virgilio no es la divinización absoluta del mundo, sino dar otro mensaje al lector, el de modernización y normalización de dichas presencias.

Estos “espíritus personificados” que dan la bienvenida a los muertos cumplen dos objetivos: crear la idea de que, una vez muerto, lo primero que te recibe es todo lo que en vida te ha atormentado, condicionado, atemorizado, y la normalización de los espíritus explicada anteriormente.

Una vez dejado esto atrás, nos encontramos con el Aqueronte “vasto y cenagoso abismo, que perpetuamente hierve” y a su vez con los profundos estanques del Cocito (río de los lamentos) y la laguna Estigia. Este cuerpo de agua interconectado es en el que las almas esperan a ser llevadas por el barquero Caronte, quedándose de lo contrario amontonadas en las orillas si no recibieron sepultura. Más adentro habrá otros ríos.

La geografía del Hades que encontramos dista bastante de la de Odiseo. Mientras que en la Odisea nos encontramos el Hades como tal, la entrada del Erebo y mención de los Campos de Asfódelo y los cuerpos de agua (en el canto anterior), en la Eneida nos encontramos con el pasillo principal, el Aqueronte por el que cruzan Eneas y la Sibila y una mención a la cueva del Cerbero, pero después ya hay elementos que no encontramos en la Odisea:

Campos Llorosos: Campos en los que se encuentran aquellos personajes mayoritariamente femeninos (al menos los recalcados por Virgilio) que se han quitado la vida y que han sufrido por amor, tales como Fedra, Procris y Dido.

Campos de los manes ilustres: En estos campos sin nombre nos encontramos a los troyanos muertos en la guerra y es aquí donde Eneas habla con Deífobo.

Tras esto Eneas se encuentra ante una bifurcación. A la izquierda una gran fortaleza, rodeada de triple muralla y circundada por el ardiente Flegetón (río de fuego que se encontraba en el Tártaro y cuyas llamas se usaban para torturar a las almas que habían sido malas), donde Radamanto y Tisífone castigan a las almas con arder en dicho río. Es aquí también donde se abren las puertas del Tártaro, lugar en el que moran los Titanes, el antiguo linaje de la Tierra, y en el que también moran aquellos que osaron ofender a los dioses, como Salmoneo o Ticio. Es por tanto esto una visión distinta a lo que vemos en la Odisea, ya que estos personajes se encontrarían en los Campos de Asfódelo, que no son mencionados en ningún momento en este canto de la Eneida.

Por otro lado, yendo a la derecha de la bifurcación nos encontramos el palacio de Plutón, y, tras pasarlo ofreciendo el tributo a Proserpina, nos encontramos los:

Campos Elíseos: Unos campos que podemos considerar como lo opuesto al Tártaro, el “cielo” del mundo subterráneo. Una zona de luz y día perpetuo, un reino de felicidad eterna donde continuamente sonaba música y donde había vegetación, mientras que en el resto de sectores en el Averno existía una noche perpetua. Podemos verlo en frases como: “llegaron a los sitios risueños y a los amenos vergeles de los bosques afortunados, moradas de la felicidad. Ya un aire más puro viste aquellos campos de brillante luz, ya aquellos sitios tienen su sol y sus estrellas.” Este lugar estaba habitado por las almas que habían llevado una vida honesta. Los personajes que aquí habitan son: “los que recibieron heridas lidiando por la patria, los sacerdotes que tuvieron una vida casta, los vates piadosos que cantaron versos dignos de Febo, los que perfeccionaron la vida con las artes que inventaron y los que por sus méritos viven en la memoria de los hombres”. Se dedican a luchar de manera amistosa, a tocar instrumentos, a danzar en coro y entonar versos. Es en este sitio además donde las almas pueden volver a reencarnarse una vez pasados mil años y habiendo bebido de las aguas del río Leteo, porque olvidaban sus vidas pasadas y llegaban a ser felices con su nueva existencia.

Como podemos ver, Virgilio coge lo que encontramos en Homero y lo amplía, como resultado del gran lapso de tiempo entre obras y la profundización que se hizo sobre la Odisea en cuanto a geografía. Virgilio le dedica mucho más tiempo a esto, algo normal ya que su personaje, al contrario que Odiseo, sí que baja al Averno.



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